¿Dolor o miedo? Comportamiento en los Caballos.

El dolor: causa de problemas de comportamiento en caballos

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Actualmente existen factores que influyen en el desarrollo de problemas de comportamiento en los caballos, pudiendo ser tanto internos como externos al animal.
Esto hace que cada caso sea único, por lo que su diagnóstico debe ser meticuloso para que se pueda garantizar que el programa de tratamiento es adecuado para el paciente.

La presencia de dolor es una factor común en el desarrollo de trastorno de comportamiento en un caballo. La respuesta particular variará según la naturaleza del estímulo doloroso, la situación en que los estímulos se presenten y si el comportamiento se produce en respuesta al mismo o a causa de un acontecimiento que predice el estímulo doloroso.
Dentro de la etología clínica equina, los problemas más frecuentes son los que se derivan de las respuestas de evasión y agresión defensiva, que pueden deberse a reacciones de miedo, dolor o una combinación de ambas. Los problemas que se vinculan con el dolor puede que se relacionen con la dolencia que presenta el caballo en el momento de la manipulación o como respuesta aprendida en situaciones dolorosas anteriores, haciendo así que reaccione el caballo de ese modo para evitarlo.
En la mayoría de los casos de agresión, relacionada con el dolor y el miedo, los dueños o cuidadores no sabían reconocer las señales de dolor que enviaba el caballo; además, existe una gran incidencia en casos de comportamiento equino donde el dolor es el agente más casual.

El dolor y el miedo.

Antes que otra cosa, el miedo y el dolor pueden provocar similares respuestas de comportamiento en el caballo; en ambos casos, los estímulos aversivos provocan respuestas fisiológicas y de comportamiento que se encaminan a evitar dichos estímulos. Sin embargo, los procesos son totalmente diferentes, todo depende de la motivación; aunque en algunas circunstancias ocurren al mismo tiempo.
La respuesta directa a un estímulo doloroso puede ser la causa de una conducta diferente producida como respuesta condicionada a una situación que involucre dolor; por ejemplo, es muy común la agresión a las personas cercanas en respuesta a un estímulo doloroso como una inyección intramuscular, en cambio, esta reacción es menos probable si se responde a la llegada de los veterinarios del centro.
El comportamiento en este caso es respuesta al miedo debido a la anticipación de dolor, manifestando así una conducta de evasión, con intento de retirada o huida del estímulo.
Es por ésto que en el diagnóstico de problemas de conducta que están relacionadas con el dolor en los caballos, es muy importante valorar y determinar si la respuesta y el comportamiento se deben directamente a un estímulo doloroso o si es una respuesta condicionada de miedo e incluso si ambas están presentes; ésto con el fin de resolver el problema.

El dolor en los caballos.
Los animales que tienen dolor crónico y agotamiento (como en periodos prolongados de cólicos) por lo general tienen un labio caído pero el músculo masetero (el de la mandíbula) se encuentra en tensión. Cuando se presentan dolores más agudos, mantienen la cabeza elevada y suelen mover las oreas hacia la fuente del dolor; si este se presenta a nivel de la piel, los músculos o los huesos, los caballos emiten un «chillido»; si el dolor es visceral un gruñido.
La expresión facial del paciente incluye, por lo general, una mirada fija y perdida, los párpados arrugados y loas orejas dirigidas hacia atrás y en una posición fija; la mayoría de los caballos dilatan los ollares.
Una respuesta de miedo es diferente ya que la mirada es atenta, las orejas móviles, los músculos de las mejillas relajados y el labio inferior tenso. Cuando una respuesta de miedo está presente, anula la expresión de dolor por lo que puede haber probabilidad de estar presentando dolor subyacente.
Cuando el dolor se presenta en el sistema musculo esquelético, suele haber tensión en las masas musculares asociadas con el fin de proteger el tejido dañado de una lesión mayor.
Existe también la adopción de posturas que ayudan a minimizar la incidencia de dolor, como la postura característica de los caballos con laminitis que suelen estirar hacia adelante las extremidades delanteras y apoyando todo su peso en las posteriores, intentando así aliviar la presión de los cascos.

Problemas de comportamiento en caballos.
Cuando se trata el problema de conducta de un caballo, como en cualquier otro desorden médico, es fundamental realizar un diagnóstico preciso para que el tratamiento sea el adecuado. Un buen diagnóstico en los problemas de conducta, incluye un examen clínico detallado para identificar así y eliminar las posibles causas médicas; una historia detallada para identificar la motivación y una cuidadosa observación de los individuos involucrados.
Entonces es posible establecer un programa de modificación de conducta adecuado para el paciente considerando las circunstancias y los factores ambientales que influyen en cada caso.
Es importante identificar la motivación de un comportamiento concreto, para esto se requiere un profundo conocimiento de la etología, así como de los principios del aprendizaje y la interpretación de los hallazgos clínicos.
La huida es un comportamiento que podría ser descrito como una reacción de defensa en el caballo y esto se produce con mayor facilidad por parte de algunos estímulos que con otros.
Debemos tener en cuenta que el caballo es una especie social de presa que se ha desarrollado para la supervivencia en las praderas, perfectamente adaptado para emitir las respuestas de comportamiento que le hagan huir de los estímulos aversivos percibidos como un peligro.

Los programas de modificación de conducta que se encargar de corregir los comportamientos de agresión defensiva dependerán de la identificación correcta de los estímulos discriminatorios y predictivos del comportamiento, los cuales serán identificados a partir de su historial clínico. En general, se recomienda desarrollar un programa de modificación de conducta que ayude a cambiar el significado del estímulo para el caballo como las consecuencias a evitar.
El caballo debe ser recompensado cuando no realice la conducta de evasión; lo que también se puede tratar mediante desensibilación y contra condicionamiento a los estímulos aversivos proponiéndole realizar una conducta incompatible con la respuesta de miedo, premiando con una golosina, como azúcar o fruta, cuando responda bien.

El dolor como una de las causas de los cambios de comportamiento en los caballos.

Los cambios de comportamiento en los caballos pueden producirse por la presencia de dolor agudo directo, crónico, subclínico o como una respuesta condicionada debido a alguna experiencia previa de dolor.
El examen clínico es esencial antes de empezar una terapia de modificación del comportamiento para lograr identificar y tratar aquellas patologías y lesiones previas que estén causando dolor al caballo. Así mismo, hay que analizar los estímulos discriminatorios y predictivos de las respuestas condicionadas y observar el comportamiento para identificar la recompensa percibida por el animal en la ejecución de dicha conducta.
Las causas más frecuentes en el dolor involucrado en las respuestas de evasión o agresión defensiva en el caballo son aquellas que implican lesiones musculares, especialmente en la espalda y las lesiones en la boca, como un desgaste irregular en los molares y premolares.
También son causas comunes de evasión y presencia de respuestas de agresión el dolor en los cascos, trastornos oculares y los procedimientos veterinarios o de herraje.
El dolor también puede estar relacionado en el rechazo al potro; el dolor en la ubre, por ejemplo en caso de mastitis (proceso inflamatorio mamario ocasionado generalmente por una infección), puede ser un estímulo directo de la agresión dirigida al potro.

La conducta reproductiva también se puede ver afectada a causa del dolor, ya que inhibe la conducta sexual en los sementales que presentan dolor en las extremidades traseras, en las articulaciones o en la espalda. También pueden aparecer respuestas condicionadas en relación con el transporte y el dolor que experimenta durante un viaje, por traumatismos al descargar o lesiones musculares por el esfuerzo de mantener el equilibrio durante el movimiento.

Conclusión
La evidencia epidemiológica sugiere que la incidencia de problemas de comportamiento en los caballos que están relacionados con hechos dolorosos es significativamente mayor que en otras especies. Esto se debe por un lado, a las mayores exigencias a nivel deportivo hacia los caballos y por otro lado, a las adaptaciones sensoriales y de comportamiento del caballo como una especie de presa.
Es esencial, por lo tanto, que la presencia de dolor sea considerada en el diagnóstico de problemas de comportamiento equino. La identificación y tratamiento de las fuentes subyacentes de dolor por un veterinario y un fisioterapeuta debe realizarse antes de iniciar la terapia de modificación de conducta.
El reconocimiento de la alta incidencia de dolor crónico y el miedo como respuesta condicionada a los estímulos dolorosos en los caballos domésticos que presentan problemas de comportamiento es importante para mejorar la precisión diagnóstica de los distintos trastornos de la conducta. También pone de relieve la importancia de educar a todo aquel que trabaje con caballos sobre la incidencia del dolor y el efecto de éste sobre el comportamiento equino, con el fin de lograr una mejora significativa en el bienestar de los caballos.

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Artículo escrito por Rosario Galtier Vallejo y Miguel Ibáñez Talegón, de la Clínica del Comportamiento Animal de la Universidad Complutense de Madrid.

Fuente: bit.ly/2bJYQqm

 

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